Violencia Obstétrica: Un problema silencioso y generalizado

En este blog hablaremos sobre la violencia obstétrica, un problema silencioso y generalizado que afecta a miles de mujeres. Discutiremos experiencias personales, la patologización del embarazo y el parto, y la necesidad de un enfoque más humanista en el proceso de dar a luz.

10/7/20233 min read

people in white shirt holding clear drinking glasses
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Encuentro casual y un concepto poco conocido

Hace poco me cité con unos amigos en la playa y uno de ellos invitó a una chica de Perú que agradezco al universo por permitir cruzarnos en el camino. No sé en qué momento ella utilizó el concepto violencia obstétrica, sin embargo recuerdo muy bien que de todos fui yo la única que sabía de qué se trataba. Este es un concepto que existe hace un montón de tiempo, sin embargo es poco común y no está muy documentado.

Experiencias personales de violencia obstétrica

Caso 1: Trato humillante y falta de sensibilidad

Recuerdo con tristeza que hace aproximadamente 10 años, una de mis mejores amigas del colegio quedó embarazada y me contó que recibió un pésimo trato de parte del personal de enfermería. Ella estaba pasando por un cólico muy fuerte y le pidió el favor amablemente a una de las enfermeras a cargo de que le pusiera medicamento para el dolor y la respuesta de la enfermera fue:

"Ay, pero supongo que mientras estaba haciéndolo no le dolía, aprendió primero a hacerlo que a leer."

Y lo que es aún más indignante es que al dar a luz, el obstetra le dice que a su hijo le falta algo. Ella, obviamente sensible, después de dar a luz y con un ayuno de 26 horas, se imaginó lo peor. Pero al médico se le ocurre decir que le faltan los dientes y, para colmo, luego de tenerlo le dijo que tenía que masajearse porque si no expulsaba la placenta iba a dejar a su hijo huérfano.

Caso 2: Suposiciones erróneas y procedimientos dolorosos

También recuerdo que una tía de mi padre que tristemente perdió a su hijo porque le dio varicela sufrió de violencia obstétrica cuando el médico asumió que ella lo quiso abortar y, por este supuesto, le realizó un legrado sin anestesia.

La patologización del embarazo y el parto

A diario, miles de mujeres son víctimas de violencia durante el parto. Las tratan de forma humillante, las infantilizan, pero sobre todo las patologizan en el proceso de gestación y lo convierten en un problema médico con ánimo de lucro. Hacen ir a las mujeres cada 8 días a la semana para realizarles tactos innecesarios y sin ningún tipo de cuidado o respeto que incluso ocasionan que se generen vaginismos.

Medicalización y cesáreas innecesarias

Hoy día, medicalizan la gestación, quiere decir que el parto lo entienden como una enfermedad y obligan a que se intervenga con medicina el cuerpo de la mujer, además hacen vernos como una máquina defectuosa. Las mujeres llevamos pariendo toda la historia de la humanidad y hace 200 años empezó a existir la intervención médica, y redujo las muertes. Sin embargo, se debe entender que el proceso de gestación es un proceso natural y en la mayoría de los casos no necesitan una intervención médica para que todo surja bien.

La tasa de cesáreas que se realizan en Colombia llega al 61% y, según la OMS, solo el 10% de las mujeres deben ser sometidas a este procedimiento.

Episiotomías y falta de respeto en el parto

Incluso abren o expanden la vagina en el parto natural sin necesidad. Les realizan episiotomías sin su consentimiento, y es que realmente este procedimiento no es necesario en la mayoría de los casos porque estamos naturalmente diseñadas para dar a luz. Sin embargo, los médicos por costumbre y para que todo sea más fácil optan con expandir la vagina. Entran a todas las mujeres en salas llenas de mujeres gestantes, sin ningún tipo de protocolo y las hacen sentir culpables por no saber dar a luz.

Conclusión: La necesidad de un enfoque más humanista en el parto

Definitivamente, el gestar se ha convertido en un negocio, el negocio de nacer y cualquier toma de decisión que se haga sin el consentimiento de la mujer es violencia obstétrica. Las parteras y las doulas tienen un modelo más humanista donde ponen como eje central a la persona gestante y es lo más congruente porque la vida del niño depende única y exclusivamente de la madre.

La primera muestra de violencia obstétrica es quitar el derecho a parir donde y cómo quieran. Yo no quiero tener hijos, pero llegado el caso lo haría con una partera. Las mujeres en Colombia no pueden elegir el médico o la persona que la va a acompañar en su parto, no eligen el hospital y se ven incluso sometidas a hacerlo antes de tiempo.