CELOS

Todos hemos sentido celos en algún momento de la vida. En este artículo exploraremos a profundidad este sentimiento universal.

Una emoción que genera sufrimiento

Yo he sentido celos muchas veces y este sentimiento me ha hecho sufrir muchísimo. Mi mente es súper activa y creativa, por lo cual hay muchos momentos de imaginación lejos de la realidad. Es importante que hablemos de los celos desde la comprensión y que dejemos de romantizarlos.

Origen y componentes

Los celos son una reacción social emocional a un miedo que sentimos de perder algo. Tienen varios componentes:

• El componente afectivo: las emociones que surgen como rabia, sorpresa, ansiedad, agresividad, miedo, soledad.

• El componente cognitivo: los pensamientos, introyectos y mandatos sociales.

• El componente conductual: las reacciones y demandas hacia el objeto celado, los rituales compulsivos, el control ejercido.

Las tres partes involucradas

En los celos interactúan tres sujetos: la persona celada, la persona que cela y el rival que afecta la relación primaria.

Los celos son universales, los vemos en animales monógamos como pingüinos y monos titís. Podemos decir que son biológicos y sociales. Existen diferentes tipos.

• Celos no patológicos: surgen ante amenazas reales, con miedos e inseguridades.

• Celos patológicos: sin fundamento real, pueden llegar al delirio. Se ven en esquizofrenia.

• Celos en la infancia, amistad, trabajo y pareja. Estos últimos sobre pertenencia y dependencia.

Origen en la familia y baja autoestima

Si mis padres fueron celosos, probablemente yo también. Personas no celosas que sufren infidelidad pueden volverse celosas, con baja autoestima y comparándose. El celoso evalúa al otro pero no la relación ni su responsabilidad en ella.

Tipos de celos según el vínculo

Hay celos en la infancia por nuevos miembros en la familia. Celos en la amistad por competencia. Celos en el trabajo por desconfianza en las propias capacidades. Celos en la pareja sobre pertenencia y dependencia.

Celos y violencia de género

Los celos extremos se relacionan con la violencia de género, abusos, feminicidios. No son una demostración de amor. Los medios los justifican, pero las estadísticas son alarmantes.

Se pueden evitar aprendiendo a gestionarlos

Se pueden evitar aprendiendo a vivir de forma más sana. Primero aceptarlos y distinguir entre emoción y acción. Hacerse preguntas para analizar la situación y comunicarse de forma honesta y respetuosa. Identificar miedos y reforzar la confianza. Aprender a poner límites o alejarse cuando sea necesario